La Paulownia es una planta exigente
Preparación del suelo
Por lo tanto, una cuidadosa preparación del terreno es muy positivo para su crecimiento.
A continuación les mostramos diferentes procedimientos de preparación. Cuál se ajusta más a sus necesidades depende del terreno y del método de cultivo.
1) Arado y preparación de las camas de cultivo
Preparación del suelo arando toda la superficie, seguido por la preparación de las camas de cultivo con una grada rotativa, o máquinas similares que dejen un suelo compacto y de granulación fina. Recomendamos este método sobre todo para cultivos de biomasa, con un gran número de árboles y franjas estrechas. En este tipo de cultivos muchas veces se prescinde de utilizar una capa de mantillo, de modo que la más alta prioridad debería ser suprimir el desarrollo de malas hierbas. Trabajar toda la superficie del terreno retrasa su desarrollo. Al mismo tiempo, un terreno arado se calienta más rápidamente y libera muchos nutrientes. Ambos influyen positivamente sobre el crecimiento de la Paulownia y refuerza su competitividad frente a la vegetación acompañante.
2) Aflojamiento del subsuelo y capa de mantillo
Terrenos que hayan estado abandonados muchos años o que tengan un mayor riesgo de erosión – por ejemplo los que estén en pendiente – es desaconsejable su labra. Recomendamos un método que intervenga lo mínimo posible en la estructura y organismos del suelo. La desventaja es que la vegetación restante representa una competición importante para el cultivo. Sobre todo las malas hierbas de raíz, como gramas, cardos y ortigas tienen aquí un muy alto potencial dañino. Por lo tanto, antes de la plantación todo el terreno debería ser tratado con un herbicida total.
Para permitir a la raíz primaria de la Paulownia un crecimiento óptimo en suelos más densos, es recomendable aflojar las franjas con un subsolador. La profundidad del labrado depende de las características del terreno. Las vías abiertas son a continuación preparadas para las plantas con una fresadora. También aquí es importante asegurar que el suelo esté lo suficientemente consolidado (por ejemplo con fresadora de tubos). A pesar de la aplicación del herbicida total, el terreno pronto se volverá a ajardinar por si mismo, haciendo obligatorio el empleo de capas de mantillo.
3) Agujeros con ahoyador
En terrenos con las mismas características que 2, pero que no permita o por su pequeño tamaño no valga la pena utilizar las máquinas describidas, es posible adaptar el procedimiento. Con un ahoyador se harán agujeros de al menos 60 cm de profundidad y con un diametro de 30 cm. Así se afloja el subsuelo. A continuación, o se rellena el agujero con tierra suelta hasta la altura requerida, que solo debe ser recomprimida sutilmente, o se rellena con compost, abono o fertilizantes orgánicos similares, para formar un depósito de nutrientes subterráneo para la planta. Esta ferilización 'bajo pie' ayuda sobre todo a Paulownias en terrenos con pocos nutrientes. Una vez insertada la planta, se llena el agujero hasta que permanezca una pequeña cavidad. Para hacer los agujeros hay varias opciones. Las más probadas son ahoyadores conectados a tractores o excavadoras, o dispositivos manuales de motor especiales para trabajos de cultivo ('zorro de cultivo').